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soloJazz

Sos tenedor, y habilidades mutantes

:CREADO: [2007-09-15 21:09] :ACTUALIZADO: [2007-09-15 22:24]

Hay habilidades claramente hereditarias.

El desinterés por el fútbol es un ejemplo muy claro; si al padre no le interesa mucho el fútbol, al hijo le interesará mucho menos.

El gen antifobálico tiene la virtud de multiplicarse de manera virulenta con cada generación. Yo ya lo tengo instalado en todos los cromosomas. Soy transparente al caos provocado por 40 patas y 4 manos agitando una pelota.

Es sólo un ejemplo de tantos, que me permite ilustrar otro efecto más extraño de herencia de habilidades: las habilidades mutantes.

Uno pensaría que la destreza manual se heredaría de igual forma: padre que le gusta hacer cosas con las manos produce hijo que con las manos produce.

Pero no es así. Esta es justamente una de las habilidades mutantes.

Padre con manualidad produce hijo sostenedor. Y no un sostenedor cualquiera, sino un sostenedor profesional, apasionado, fanático, purista.

Sostené la linterna.

Sostené este cable mientras sueldo. Te vas a quemar, pero no lo sueltes ni lo muevas.

…mientras paso la amoladora, el taladro, la soldadora eléctrica.

El aguantador, la tenaza, la arandela, la contratuerca, el clavo.

La bolsa para la poda, la pala, el tacho de pintura, el tronco, la rama, la escalera, el cable con 7000V, el hierro caliente en la fragua, la aspiradora para que no entre polvo en el taladro, la aceitera mientras el torno carcome el metal, el freno apretado mientras sacamos el aire al circuito.

Uno no aprende la manualidad, porque siempre se ocupa de sostener.

Y reivindico vehementemente la importancia de un buen sostenedor. No porque quiera sacar provecho de mi habilidad mutada, sino para hacer notar que no se trata de algo trivial, ni mucho menos de trabajo de burro como se cree habitualmente.

Saber dónde va a querer mirar para lograr embocar un haz de luz en el objetivo, evitando la sombra de brazos, fierros, cabeza.

Saber mantener el pulso habiendo perdido el equilibrio y teniendo brazos y piernas acalambrados de sostener eso tan pesado.

Estar muy alerta para evitar accidentes: cuando se zafa la escalera, cuando se tranca el taladro, cuando salte la motosierra.

Tener a mano lo próximo que se le va a ocurrir.

Ser invisible, no hacer sombra, no estorbar, no ocupar espacio.

Así pasé gran parte de mi vida. Sosteniendo, y siendo invisible.