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soloJazz

Rumi

:CREADO: [2006-12-03 17:28] :ACTUALIZADO: [2007-08-19 15:51]

Fuimos simplemente por curiosidad, cuando aún era novedad en octubre de 2005, y grande fue la sorpresa.

Los dioses hicieron todo posible intento de disuasión de nuestro impulso explorador, pero como humanos somos, nos creímos más sabios que ellos.

Primera señal: los autos estacionados afuera eran de esos mucho más caros que buenos. El ejemplo último, un Porsche Cayenne, cacho de fierro que cuesta una fortuna, no sirve para nada, y es por lo tanto sinónimo de MERSA NEARBY - BEWARE!.

Segunda señal: los 2 metros de traje que nos abrió la puerta alojaba la última creación de Victor Frankenstein. Le faltaba el bulón atravesando el pescuezo, seguramente una de las mejoras de carrocería del modelo 2005.

¡Grumpf!

Tercera señal: todo el personal con un estilo samurai (vincha roja, ropa y delantal negros), y no hacen sushi, ni cocina oriental, ni tailandesa, ni… bueno… ya verán el tema de la cocina.

El lugar es enorme, pero guiados como siempre por el nivel de ruido, nos terminamos sentando en una esquina oscura, en unos pufs con mesa ratona especialmente incómodos.

Disculpe, camarera. ¿podría amputarme las piernas, así puedo llegar al plato?

Cuarta señal: la carta absolutamente incoherente. Demasiado firulete y sensación de milanesa encerrada. Ignorando señales, pedimos una ensalada de nosequé, y una paella para compartir entre 2. Efectivamente, nos sedujo un impulso existencialista, carpe diem, memento mori, el dinero no se come y la paella sí, ¡a disfrutar la vida!

La ensalada extraña pero pasable. Por cierto más pasable que la música, cuyo volumen aumentaba cada 5 minutos.

Se aproxima la paella, por la que habíamos invertido un dineral y mucha expectativa.

images/paella.jpg

Un arroz blanco pasado y pastoso, con arvejas y juliana de zanahoria. Mejillones de lata. Decorado con unos cuartos de tomate crudo y perejil. 1 o 2 langostinos dispuestos sobre el engrudo. Y la infaltable rodaja de limón.

La puta que los parió. Estos fantasmas nunca habían visto una paella en su vida.

A todo esto comenzaba el show. El Gran Show. En la otra punta del salón. "Todo lo que Ud. quería saber sobre sexo y no se atrevía a preguntar", o algo similar era el nombre de la obra maestra. 3 años en escena. Volumen al mango, y aparecen 3 sujetos que se sientan en una mesa y gritan.

Uno dice ser especialista en sexología, que decía puro disparate. Otro, que hacía de segundo sujeto. Y el tercero, la super estrella de la noche, un hijo de cacho bochinche.

Mientras seguían subiendo el volumen, el trío improvisaba algo grotesco, muy poco gracioso, muy mal preparado. Ni las payasadas del bochinchito lograban salvar la situación.

A las mil veces que nos negaron bajar el volumen, nos fuimos para nunca más volver.