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soloJazz

Mini recital

:CREADO: [1999-07-30 03:00] :ACTUALIZADO: [2007-08-19 15:49]

¿mini recital?

…en realidad quería dormir, pero ya que me provocás de esta manera, te mando un punteo de lo que fue el fin de semana.

Las 21:30 era la hora oficial para el cumpleaños de Fernando, que vive a 5 cuadras de casa. Las 23:30 era la hora oficial para el toque, a mil quinientas cuadras de casa.

Evidentemente no iba a caer nadie a lo de Fernando como hasta las diez y pico, pero ahí estaba yo a las veintiuna y veintinueve tocando el timbre. Cuando cayó Eduardo me di cuenta de lo feo que sonaba el timbre, y me arrepentí de haberlo hecho… la próxima vez llevo monedas para tirarle a la ventana.

Como siempre, el tevecable funcionando con una película policial tan divagada que no se la cree ni Hierro. Jaqueline, la ya no tan flamante esposa, callada como es, callada estaba. Y con Fernando, los temas de siempre: las cosas que pasaron en ANTEL, quiénes iban a venir, los corruptos de ANTEL, las pavadas que pasan en el cable, los que no trabajan en ANTEL, y como ya habrás deducido, Fernando trabaja en ANTEL!! Y seguía de fondo la mala película de la cual no nos quedaba otra reacción que reirnos frente a la ráfaga de disparates y disparos y explosiones.

A las diez y algo cayeron los segundos: Eduardo y su flamante novia, que evidentemente es su flamante futura esposa. A esta altura, los descartados empedernidos (creo que yo soy el último ejemplar restante) parecen ser muy fáciles de casar… Ah! también trajeron a nuestra común amiga Janet (la esposa de Eduardo (YYShshshanela) es superamiga de la Cuki, y el lejano José es integrante de la barra que se estaba congregando, así que fue una sorpresa razonable su aparición).

Enseguida otro horrendo timbrazo (Cuuuunnn coooonnnnnnn).

Gustavo Sandler (compañero de Fernando de ANTEL, y nuestro de Facultad) con su próxima esposa.

Adivina adivinador, ¿de qué se pusieron a hablar?

tic toc tic toc tic toc
¿del clima?      NO
tic toc
¿de trabajo?     NOOOO
toc tic toc
¿de casamientos?     SSSSIIIIIII!!!!!

Es evidentemente un tema que me dejaba de lado, así que seguí viendo el cada vez más disparatado desenlace de la película, hasta que enseguida se hicieron las once menos cuarto.

Gente, me voy! Tengo que estar y media en maldonado.

La reunión anterior en lo de Fernando fue al revés. Yo estaba trabajando en Punta del Este, y los llamé para que me esperen cuando salí de allá. A la hora les toqué el timbre y quedaron todos boquiabiertos.

Les quedó en la memoria, y esa fue la expresión con la cual me despidieron, sabiendo que en 45 minutos tenía que estar allá.

La ruta estaba tranquila, y todos íbamos a cientoveinte tranquilamente. Algunos momentos a cientocuarenta, que en realidad es más de lo que puede dar el fito. Algunos litros de nafta, como un litro de adrenalina, Dodera a la altura de la plaza, acá debe ser! Las doce en punto.

Con el suculento trípode en una mano, me aparezco en la Pizzería Barceló, tres minutos antes de que comience el toque. En una mesa cerca de la barra estaba toda la barra estaba toda la barra estaba toda la barra de ateka, que se asombraron y alegraron de mi aparición casi misteriosa. Y Charlie que se alegró al ver que me acordé de llevarle el trípode. ¿cómo puede llamarse pizzería un lugar donde hacen tan mala pizza? a la mañana siguiente me acordé mucho de esa pizza… y demasiada cerveza. No como para emborracharme (eso lo abandoné hace muchísimo), pero sí como para sentirme cansado de más.

Mientras tanto, Volcó la Onda estaba tocando, y tocando. Nunca habían llegado al récord de 21 canciones en un mini-recital, como fue bautizado desde el Olimpo. Además de la mala pizza, el lugar se merece una palabra que uso siempre: inadecuado. Pero es razonable encontrar lugares inadecuados en el interior: demasiada superficie para acomodar poca gente, esos lugares hormigonescos pintados de blanco que no se parecen a nada, y un gigante mural de Páez Vilaró que hacía de fondo a la banda. Fueron unas 70 personas. Esta vez, Imagen reveladora fue en versión acústica, con el David dándole al Djembé por primera vez en su vida. Estaba copado con el "macetero".

Terminó de tocar la banda como a las 3, y los inadecuados del lugar dijeron "taluego", así que todo el mundo se fue a continuar la borrachera en otro lado. Charlie y yo nos quedamos a ayudar a Santiago y David a ordenar un poco el magnífico chirimbolaje, y nos fuimos a dormir a lo del Santi, como a las 4. En el piso del estudio.

El estudio del santi es un sucucho bien sucuchezco lleno de artefactos percusivos (caracolitos, palitos, fierritos, firuletes, y micrófonos y luces raras y aparatejos). En el mismo lugar nos despertamos, Charlie y yo, a las diez. Ducha, y nos fuimos a Ateka que abre de once a una, para trabajar un poco. A la vuelta de Ateka, Santiago ya estaba de pie, aunque aún bastante dormido, y con la voz hecha ñoqui. Tirados un rato al sol charlando de cosas. El tecito que le sugerí para la garganta fueron evidentemente tres tecitos. Una caminata por la vuelta, y salimos nuevamente a la Pizzería, porque el David ya había desarmado toda la batería y teníamos que ayudarle a bajar las luces, la bandera de VLO, y cargar todo en el flete. Dejamos a Santiago y David que repartan sus cosas, y quedamos de encontrarnos en la playa.

Pasamos con Charlie por el Disco y compramos un almuerzo típico: Granola, Zukaritas, dos litros de Colet, vasos y cucharitas descartables, y a la playa. Eran casi las cinco.

Estaba impresionante. Un calor casi veraniego, así que me puse un traje de baño, chancletas y remerita (el bolso del club es una suerte de galera mágica). Aunque tenía unas intenciones muy fuertes, me mojé hasta las rodillas y tuve que salir antes de perder el conocimiento. Plan B: entrarle al colet con granola. Linda hora para almorzar. Había bastante gente domingueando en la playa. Al ratazo cae Santiago y luego David con su esposa y mate y una bolsa gigante de bizcochos. Realmente gigante.

La charla derivó en discusiones socioeconómicas de esas que no me gustan, así que me dediqué a ver y escuchar las olas y los gaviotines que estaban de plena cacería. ¡Glup! se hundió el sol y desapareció toda la gente. David no pudo aguantar más y cazó el djembé y se mandó un impresionante borocotó mientras experimentaba todos los sonidos que se le pueden sacar al bicharraco, que al aire libre suena tan mágico, sutil y a la vez potente. Seguimos dándole al borocotó y a los bizcochos y hablando de cosas hasta que ya no se veía nada y se puso incómodamente fresco, como a las siete y media.

¡qué día!