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soloJazz

Mitos gástricos I

:CREADO: [2007-09-02 12:12] :ACTUALIZADO: [2007-09-16 11:38]

Este es Uruguay, país de sabios, tanto más ilustrados que valientes. No se dejen engañar ni por la verdad ni por el sentido común. Nuestra cultura popular es sagrada.

En lo que refiere al mucho comer –tan nuestro–; presentamos aquí un método y una dolencia. Directo desde el lejano oriente del río Uruguay.

Descenso forzado del bolo alimenticio

¿Cuál es la forma de salvar la vida ante una inminente explosión?

¿Cómo evitar terminar nuestros días súbitamente empapelando paredes y techo con fragmentos de nuestro cuerpo, más el kilo de asado con su grasa y sus huesitos, la ensalada rusa, los 3 chorizos, la morcilla, los provolones, los 2 litros de cerveza, el chimichurri, la molleja y los chotos?

¡Urgente, traigan el helado!

Es buenísimo para bajar la comida.

Es decir, la forma de hacer bajar algo muy denso y pesado, es echarle encima algo más denso y pesado. Ya lo presentía Newton.

En este caso una pelota de grasa y azúcar congelados son la ayuda ideal.

Puntapié hepático

Nadie sabe dónde queda el hígado, ni cuántos tenemos. Y mucho menos cómo puede ser pateado.

Pero la patada al hígado es inconfundible. Viene luego del helado.

No es un cólico hepático, que pertenece a la vesícula biliar.

Tampoco es el costillar de mamut haciéndose paso por los intestinos.

Ni la combinación de mac pay, cerveza bien fría, clarete y frutilla fizz gasificada.

Es una auténtica y verdadera patada al hígado, les guste o no.