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soloJazz

La Comedia

:CREADO: [2002-12-27 04:00] :ACTUALIZADO: [2007-08-19 15:51]

Para llegar hay que agarrar contramano. Si no, no se puede. Este lugar queda cerca de Requena, por una de esas calles con nombre de tribu.

La pesquisa a-posteriori confirmó que la historia de este lugar es una de crisis de identidad. Parece que en los comienzos, sólo se podía pedir una cerveza. Modalidad más que conocida. Es lo que generalmente permite el poder adquisitivo y el poder mental de clientela y dueños en conjunto.

Aportando a la crisis, una rápida [[ht//www.google.com/search?q="la+commedia"+montevideo+restaurant//www.google.com/search?q%3D%2522la%2Bcommedia%2522%2Bmontevideo%2Brestaurant][búsqueda en Google]] revela clasificaciones tan dispares y disparatadas como "pastabar", "resto-pub", "restobar".

Ahora hacen cocina italiana. Dicen que hasta el cocinero es italiano. Efectivamente, se come razonablemente bien, y abundante. Los precios son los normales, es decir, caro. Pero uno ya está acostumbrado a que un plato de cualquiercosa en Montevideo cueste lo que una comida completa en un buen restaurant bonaerense. Yo comí fideo con puttanesca, Juana unos sorrentinos con relleno extraño, y Carlos fideo con pesto (el pesto olía más a espinaca que a pesto).

Como en todos lados, el vino lo traen rgullosamente a 35 grados. Evidentemente logramos eliminar lo que nos quedaba de cultura mediterránea. La medida de la terrajez está dada por la cara de culo que te ponen cuando uno pide un balde de hielo para salvar la inversión.

El lugar se llama "La Commedia", con dos emes, y está inspirado evidentemente en la obra de Dante. No creo que hayan leído ni dos párrafos, pero al menos saben que se divide en 3 libros: paraíso, purgatorio e infierno. Y así está dividido el resto-pasta-boliche en 3 ambientes (con sendos nombres, óveo). Se distinguen fácilmente por la iluminación, los colores de las paredes, y el nivel de tortura. El paraíso está iluminado un tanto de más. El purgatorio, donde nos sentamos, tiene colores fuertes y oscuros, y la tortura son las sillas. Como las de Clydes. Mi cuñado tiene un primo que es decoratrista y conoce un buen herrero y te hace unas sillas con un style muy cool onda europeo industrial. La antítesis de la ergonomía. Ninguna medida compatibiliza con los seres humanos, y unos fierros retorcidos en el respaldo no dejan más opción que enrroscarse hacia adelante, con la nariz entre los fideos. Rompimos los cocos hasta que nos importaron 3 sillas desde el paraíso. Todo un drama.

El infierno es oscuro, sin muebles reconocibles, y con más ruido. Claro, nadie va.

Los postres bien. El tiramisù muy berretón, hecho con cocoa en vez de cacao. Pero el panqueque de manzana fue una buena elección. Claro, me pasé espiando lo que le traían a las demás mesas, y ya sabía que el panqueque pintaba espectacular.

Esa noche tuve pesadillas provocadas por una especie de tenedor gigante que decora la pared del purgatorio. Tiene menos gracia que los diputados, pero un tamaño que asusta. Evidentemente lo fabricó el mismo chanta de las sillas.

Un gesto agradable fue la claraboya, que estaba abierta. Así no hacía tanto calor, y la repugnancia expelida por los fumadores se repartía a otros lados que mi nariz y mis ojos.