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Bistró Latino
en Carrasco, del lado de atrás de la siempre decadente Galería Roma, subiendo una escalera.
Las galerías en este país son una clara demostración de que la decadencia es ilimitada. Eso de que "ya vamos a tocar fondo" es mentira.
Primera impresión: la puerta sigue siendo la misma, una ambientación algo exótica, en las mesas muchas mujeres, alrededor de la barra (evidentemente amigos de los dueños tomando gratis) gente del colegio.
Efectivamente varias de las mesas estaban ocupadas por patotas de mujeres. Todas en ese rango de edades donde, o bien ya se dieron cuenta de que se casaron con un idiota, o ya no se van a dar cuenta de nada hasta nuevo aviso biológico.
Como bien sintetiza el Mono, "toda la gente iba al colegio". El delgado alambrado del British es seguramente uno de los mayores firewalls sociales de nuestro país. Los que pasaron por ahí adentro sólo conocen a los otros que pasaron por ahí adentro. Yo fui una suerte de intruso en ese mundo. Carlos era más aceptado, y por ahí es que saludamos a unos cuantos rostros que andaban en la vuelta.
¡Qué hacés! ¿Todo bien? ¡Qué pelado viejo gordo y poco saludable que te viniste! Por lo menos parecés menos incivilizado…
Otro de los grandes firewalls sociales es la colectividad judía, pero con alcance mundial. Los elegidos de un lado, los que compran la ropa del otro.
Fin de disgresiones.
Bistró Latino
- Bistrot
- Petit restaurant modeste où l'on sert es repas légers et des boissons diverses (café, boissons alcoolisées, etc). dictionnaire
- Equivalencia en inglés, _bistro_
- Latino
- 7. adj. Natural de los pueblos de Europa y América en que se hablan lenguas derivadas del latín.
Un minuto en la licuadora y terminamos en Nueva York, como era de esperarse. Y esa es la inspiración para este lugar. Bolichón neoyorquino. La vajilla zen a la occidental, los adornos y gran parte de la carta tex-mex a la française, el resto de la carta un tanto exótica. Todo de acuerdo a la identidad multiétnica que adquieren las metrópolis del nuevo mundo.
Ya veníamos cenados, así que sólo comimos unas empanadas y un postre. Muy bueno todo. Precios normales.
Puntos destacables: las servilletas son de verdad, la música apenas se oye (ambient, obviamente).
Puntos detestables: el hielo que usan es malo, las mujeres neuróticas fuman muchísimo, y la ropa adquiere un olorete a frito y humo.
Hacía falta un lugar más. Desde que cerró Open Place, sólo quedó Clyde's como opción.